Ahorrar es un hábito que muchos consideran simple, recibes dinero, guardas una parte y listo. Sin embargo, a veces las pequeñas decisiones diarias influenciadas por los “sesgos cognitivos del presente”, influyen más de lo que imaginamos. Para quienes buscan perfeccionar su estrategia de ahorro, entender estos sesgos y cómo afectan nuestras decisiones financieras puede hacer una gran diferencia. Reconociendo estos sesgos, podemos mejorar nuestra relación con el dinero y establecer hábitos de ahorro más consistentes y efectivos.
Octubre 2024 #ParaTodos #EconomíaConductual #BlogsyTips #Ahorro
Un sesgo cognitivo es una especie de “truco” que nuestra mente usa llevándonos a tomar decisiones que no siempre son las mejores. Aunque muchas veces estos sesgos son naturales, pueden afectar nuestras finanzas de manera importante. Uno de los sesgos más comunes es el efecto de “aversión de pérdida”. Propuesto en 1972 por los psicólogos Daniel Kahneman y Amos Tversky en el campo de la Economía Conductual, este sesgo provoca que las pérdidas nos afecten más de lo que disfrutamos las ganancias. Por ejemplo, en algunas ocasiones, las personas podrían preferir no perder $100 que ganar los mismos $100.
Otro sesgo cognitivo es el del “sesgo del presente”. Esto se refiere a la tendencia que tenemos en darle mayor importancia a las recompensas inmediatas que a los beneficios futuros. En la economía conductual, esto significa que muchas veces preferimos gastar dinero hoy, influenciados por pensamientos como “sólo se vive una vez (o YOLO, como se le conoce)” o por “el miedo a perdernos de algo (FOMO)”, en lugar de ahorrar para nuestras necesidades futuras. Aunque sabemos que ahorrar sería mejor, el deseo de disfrutar el presente puede no ser benéfico para nuestra salud financiera en el futuro.
Así que ¡cuidado!, al relacionarlo con nuestras finanzas personales los sesgos cognitivos pueden impedir que tomemos decisiones inteligentes con nuestro dinero; por ejemplo, al momento de ahorrar.
Imaginemos el siguiente escenario: estás en una cafetería y compras tu café diario por $50. No parece un gran gasto ¿verdad? Si repites esta compra cinco veces por semana, al final del mes habrás gastado $1,000 solamente en café. ¡Y eso que sólo fue una pequeña decisión! Este tipo de acciones impulsivas son un perfecto ejemplo de cómo el sesgo del presente afecta nuestras finanzas.
¡Te damos una excelente noticia!, es posible aprender a manejar estos sesgos y tomar decisiones inteligentes que cuiden tu salud financiera. Aquí te dejamos algunos consejos:
Ser conscientes de cómo el sesgo del presente, junto con pensamientos como el “YOLO” o el “FOMO”, influyen en nuestras decisiones financieras es clave para lograr un equilibrio entre disfrutar del presente y cuidar de nuestro futuro. Reconocer estos patrones nos permite ser más estratégicos con nuestra salud financiera y crear hábitos de ahorro que nos den tranquilidad a largo plazo.
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